viernes, 28 de febrero de 2014

EL JUEGO Y LOS JUGUETES.

Extraído de.  http://comoencasitaenningunaparte.wordpress.com/2014/01/27/el-juego-y-los-juguetes/
La Real Academia de la Lengua Española define “jugar” como hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse o divertirse.
Lo más importante que tiene que hacer un niño a lo largo del día es jugar libremente ya que, a través del juego crece de forma sana. Ninguna otra actividad le permite madurar de forma más equilibrada y completa. Por ello, el juego libre es la mejor preparación para la vida de adulto y para el aprendizaje formal que comenzará a los siete años en la escuela
Cuando un niño juega tranquilo, el niño:
-          conoce el mundo que le rodea
-          experimenta y satisface su curiosidad
-          expresa sus emociones
-          imita a los adultos
-          desarrolla la fantasía y la imaginación descubre el pensamiento lógico-matemático: aritmética, geometría, física, etc. a través de su propia experiencia y sus propias necesidades
-          aprende a usar el lenguaje, amplia el vocabulario y la memoria
-          se socializa
-          aprende valores fundamentales para la vida como la generosidad, la paciencia, la constancia, la flexibilidad, la tolerancia, la frustración…
Cuando decimos que un niño juega tranquilo no quiere decir que el niño no haga ruido. Nos referimos a que el niño esté sereno y concentrado en su actividad. Y eso puede suceder estando tumbado en el suelo jugando con un único cochecito durante un buen rato, o construyendo un cohete con sillas y cartones durante todo un día.
Debemos ser conscientes del Gran Trabajo que tienen que hacer los niños en este tiempo. Necesitan que el adulto que les acompañe, lo haga de una manera alegre y sincera en su quehacer y así los niños crecerán sanos, alegres, confiados y seguros de sí mismos.
Los niños necesitan jugar tanto en el exterior como recogidos en sus casas. Y para que el trabajo sea fructífero hay que cuidar el entorno y la atención que reciben.

Dentro de casa, el niño tiene que jugar tranquilo, con límites claros pero sin exigencias. Sin ruido ni distracciones como la televisión o la música. Con orden y cuantos menos trastos mejor.
El adulto que está con ellos debe estar tranquilo, confiado y realizando alguna actividad necesaria y distinta del propio juego, digna de ser imitada. Ver la tele, trabajar con el ordenador e incluso leer, para los niños no son actividades con sentido, por lo que será difícil que él se concentre en su juego mientras hacemos estas tareas y tratará de buscar nuestra atención.
Lo mismo que a los adultos en nuestro trabajo nos molesta tener a alguien encima diciéndonos cosas e interfiriendo y entorpeciendo nuestra labor, a los niños tampoco. Por eso, cuando más disfrutan jugando es mientras los adultos hacen las tareas del hogar: lavar, cocinar, barrer, limpiar el polvo, arreglar lo que se rompe, coser…
Partiendo de la creencia de que cada niño y cada uno tiene su propio ritmo, hemos observado cómo el juego se transforma y madura a lo largo de la vida del niño.
Pero eso no significa que necesiten objetos distintos. Pongamos por ejemplo una cuchara de madera de nuestra cocina: para el niño de 6 meses será un mordedor perfecto; para el niño de un año y medio será perfecto para golpear una lata y hacer “música”; para el niño de tres años será la cuchara perfecta para dar de comer a su bebé; para el niño de cuatro años será una espada perfecta; para el niño de cinco años será la cuchara perfecta para servir helados en su la heladería y para el niño de seis años servirá de modelo para hacer su propia cuchara perfecta.
Por eso es muy importante tener en cuenta que el juego en cada edad es distinto y que hay que dar a los niños el tiempo y el espacio necesario para que experimenten con el mundo.
De manera orientativa (cada niño es único, no lo olvidéis) queremos describir brevemente como es la evolución del juego del nacimiento hasta los 6 años:
-          Durante el primer año el niño tiene que descubrirse a sí mismo. Su mejor juguete es su propio cuerpo. Necesitan tiempo para poder jugar con sus manos y sus pies sin distracciones. Los móviles con muchos colores y sonidos, les quitan tiempo de concentración en su propio cuerpo. Cuando empieza a coger y soltar, objetos sencillos de diferentes texturas y peso son ideales: una cuchara de madera, un mortero, una bola de fieltro, un trocito de tela hecha un nudo Sólo una cosa y tiempo para reconocer y explorar el objeto, en este tiempo menos es más…y al llegar al año, todo eso dentro de una cesta es el mejor regalo que puede recibir un niño. Cualquier adulto se fascina al ver como un niño se concentra metiendo y sacando sus juguetes de la cesta una y otra vez.
-          Cuando el niño comienza a caminar quiere estar cerca del adulto, ver lo que hace e incluso coger sus herramientas de trabajo: el paño de limpiar el polvo, la cuchara de remover el puré, las pinzas de la ropa…Y siempre disfrutan más con los objetos auténticos que con imitaciones. Una caja con sus herramientas es muy útil para que el niño se sienta que forma parte de un hogar: un pañito, dos pinzas de la ropa, una cuchara…incluso una cafetera vieja puede ser un estupendo juguete!
-          Cuando el niño se empieza a separar físicamente del adulto, empieza a jugar imitando lo que ve. Si ve al adulto planchar, se retirará y hará que plancha con su telita y con cualquier cosa que le pueda parecer/ servir de plancha. Este tipo de actividades es donde el niño encuentra asociaciones racionales directamente relacionadas con la experiencia. Y es a través de la imitación de estas actividades que el niño adquirirá destreza intelectual. Durante este tiempo el niño juega sólo, todavía no juega con otros niños. Le gusta estar cerca unos de otros y observarse pero no juegan juntos.
-          A partir de este momento la fantasía empieza a participar en el juego. En este tiempo todo vale y todo les da pistas para crear. Las pegatinas de las mandarinas pegadas como uñas puede ser el comienzo de una fantástica historia de brujas y castillos, donde una bruja prepara sus brebajes escondida bajo una mesa, que hace las veces de guarida. Por eso es muy importante que los juguetes sugieran pero no expresen. Objetos que puedan ser muchas cosas, dependiendo de la necesidad del juego: una cuchara de palo puede ser una cuchara de madera, una varita mágica, una caña de pescar… Si el juguete está muy definido, no tiene muchas posibilidades. Un camión de bomberos con todos los detalles sólo puede ser un camión de bomberos, pero la caja en la que viene puede ser un garaje, una cunita, el arca del tesoro… Y es el momento de jugar con los demás, repartir roles, compartir el material y trabajar en equipo.
-          Poco a poco, según van acercándose a los 6 años, la fantasía va dejando paso a la imaginación, fundamental para el aprendizaje. Y ya no todo vale. La cuchara que dos años antes valía de caña de pescar ahora ya no. Pero sirve para preparar la comida del restaurante, donde habrá un cocinero con su delantal, un camarero con su bandeja, una mesa bien puesta para los clientes y un gran surtido de platos exquisitos. Y cuando todo esté listo, empezarán a jugar.
Y por último, no dudéis de que los niños son muy felices con muy poquitas cosas bien ordenadas. El exceso de material les distrae y les inquieta. Os invitamos a que les observéis y en muchos casos podréis comprobar que un juguete muy definido acaba apartado, mientras que cualquier material abierto a posibilidades estará presente mucho más a menudo.
Aunque al adulto le parezca pobre o escaso, el niño NO se aburre. Para él, es un verdadero alivio tener tiempo para conocer y utilizar sus juguetes sin sentirse apabullado por mucha cantidad de material que le distrae y dispersa.
En muchas ocasiones, es difícil reconocer que un niño está jugando. Como adultos nos puede parecer que está sin hacer nada o aburrido. Sin embargo, es muy posible que el niño esté sumido en las imágenes que crea a través del juego. Aparentemente está inactivo pero en realidad está inmerso en una parte del juego que consiste en reflexionar, asimilar y recrear sus vivencias. Es muy importante reconocer y respetar este momento del juego y no interrumpirlo, ni distraer al niño con otros juguetes o actividades
Dadles botellas de plástico y tendrán el equipaje de los pasajeros de su aeropuerto; cajas de cartón y tendrán casas; telas y harán cuevas, maderas y troncos de distintos tamaños y construirán barcos o cohetes; con piñas y semillas, riquísimos pasteles…
Observad discretamente a los niños mientras juegan, con respeto y admiración y os contarán tantas cosas de su vida…!
Esperamos que estas reflexiones os ayuden a observar a los niños y ofrecerles los juguetes más apropiados para cada momento de su infancia. ¡Y a ahorraros un montón de dinero!
"“El jugar es la máxima expresión de la evolución humana en la infancia, pues sólo el jugar muestra qué es lo que sucede en el alma del niño.“  ""Friedrich Fröbel"

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